Hoy se
cumplen dos años de la resolución del Consejo Técnico de la Facultad de
Filosofía y Letras con la cual dio comienzo la etapa final del proceso de
destitución de Boris Berenzon. Dos años ya desde que el revolucionario cambio de
paradigmas académicos que en este blog siempre aplaudimos comenzó a sufrir
agresiones decididas por parte de fuerzas reaccionarias que exigen clases de
los maestros universitarios e investigaciones de los investigadores. Han sido
años de avances y retrocesos para la causa revolucionaria. A continuación
compartimos seis reflexiones que nos inspiran los acontecimientos de este último
periodo, divididas en dos entregas para aligerar su lectura.
1) La Universidad sufrió una pérdida irreparable
con la salida del Sr. Boris
Si algo demuestran los últimos casos de plagio
serial que emergieron a la luz pública es que la UNAM, como decíamos hace ya varios años, iba a la vanguardia. Boris, a
diferencia de Rodrigo Núñez Arancibia -recientemente despedido de la
Universidad Nicolaita por plagiador- no se contentaba con cambiarle el
autor a los textos de los que se apropiaba, sino que, como el lector recordará,
inauguró desde su tesis de maestría una muy
original metodología de collage que no podemos sino reconocer por su valor
artesanal. Los fragmentos plagiados establecían un diálogo entre sí que trascendía
las convenciones, por ejemplo utilizando dos sistemas de citación en la misma
página.
Nadie puede
ya dudar que el campo académico de la plagística, que es punta de lanza de una
revolución paradigmática en el mundo intelectual y cuenta con una sólida red de
exponentes a nivel nacional, alcanzó uno de sus niveles más sofisticados
durante el tiempo que el Sr. Boris ejerció la docencia y la investigación en la
Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. Por desgracia, con la incorporación de
Boris al equipo de César Duarte, el gobernador de Chihuahua, se demuestra que
la pérdida es irreparable para la academia: auguramos al Sr. Boris una
prometedora carrera en la administración pública, asegurándole que sus aportes
a la plagística nacional no serán olvidados.
![]() |
Captura de pantalla de http://impactonoticias.com.mx/inicio/generacion-de-empleos-mejor-pagados-en-camargo/ |
2) La deshonestidad académica tiene interés
periodístico
En 2013, el equipo de la sección cultural de El Universal jugó un rol clave en el proceso que facilitó
el reconocimiento de la obra del Sr. Boris por parte del gran público, con
contribuciones menores de La Jornada y
Reforma. Hoy, haciendo eco de la creciente
sed que la sociedad mexicana tiene de novedades en el campo de las ciencias y
las humanidades, los reporteros volvieron a tomar la delantera con su
investigación y seguimiento sobre los casos de Rodrigo Christian Núñez
Arancibia y Juan Pascual Gay, acompañados muy decididamente por notas de La Jornada (sobre todo de su edición en
San Luis) y otros medios. La noticia alcanzó relieve internacional cuando La Tercera, diario chileno, publicó “Confesiones
de un plagiador”, un interesante artículo en el que el Sr. Rodrigo, de
vuelta en su país de origen, es entrevistado y explica con gran dramatismo “Yo sabía que iba a chocar como un tren contra
una pared”. Es de esperarse que esta tendencia periodística prosiga y pronto
podamos ver en las secciones dedicadas a la farándula encabezados del tipo “¿Un
look original?” y “Les presento a mis últimos clones”.
3) La represión
aumenta, pero también la decisión de quienes apoyan el cambio paradigmático
El Colegio de San Luis y la Universidad Michoacana de San
Nicolás Hidalgo removieron de sus plazas a Pascual Gay y a Núñez
Arancibia, respectivamente, tras procesar internamente las denuncias y
evidencias públicas de plagio en su contra. Por su parte, el Sistema Nacional
de Investigadores resolvió separarlos de su padrón. En esto siguen el ejemplo
retrógrado que dio la Facultad de Filosofía y Letras con Boris en 2013, pero
adicionan varios elementos novedosos que no pueden sino preocuparnos a los
promotores del cambio paradigmático en la academia. El primero es un modesto
aumento en velocidad. Como el lector recordará, las primeras denuncias de
plagio contra el Sr. Boris fueron efectuadas en 2004
ante el Consejo Técnico de la Facultad y en 2005
ante rectoría -ninguna procedió-
pero no fue sino hasta el 1 abril de 2013 que Juan Manuel Aurrecoechea –otro
plagiado- hizo
pública su protesta acompañándola de cotejos. Entre ese momento y la
destitución de Boris –ratificada por el Consejo Universitario el 7 de
septiembre- pasaron 160 días (y diez
quincenas…). El caso de Pascual Gay es apenas distinto, pues fue denunciado
públicamente por plagiador en 2005 y destituido
en julio de 2015. Sólo llevó diez años a El Colegio de San Luis, acicateado
por la denuncia que Guillermo Sheridan realizó en su columna
del 30 de junio del presente, determinar que el Sr. Juan no era apto para
un cargo académico. Pero hemos de reconocer que entre el 30 de junio de 2015,
fecha en que el caso llega a oídos de las actuales autoridades de El Colegio de
San Luis, y el 24 de julio, día en que procede la destitución, median
únicamente tres quincenas.
El segundo
elemento novedoso es la publicidad de los procesos de sanción. Ni el Consejo
Técnico de la Facultad de Filosofía y Letras ni la Comisión de Honor del
Consejo Universitario ni funcionario u órgano alguno del Sistema Nacional de
Investigadores se pronunciaron jamás oficialmente en torno a la destitución de
Berenzon en 2013. El modo en que manejó la crisis Gloria Villegas -directora de
la Facultad y de los collages de posgrado del plagiador- fue una apuesta por la
discreción. En la nota de El Universal del 16 de agosto de 2013
en que se anunciaba la destitución de Berenzon –que
todos conocimos informalmente por una crónica de Aurora Vázquez– se informaba
al lector que “EL UNIVERSAL solicitó entrevistas con la directora de la FFyL,
Gloria Villegas, y con el área de comunicación social de la UNAM, pero al cierre
de la edición no se obtuvo respuesta”. Las actas del Consejo
Técnico de la Facultad en que sucintamente se narra el lento proceso de
destitución se desclasificaron meses más tarde, y si sabemos que Boris no forma
ya parte del SNI es porque en el listado de
investigadores vigentes de enero del 2015 no figura su nombre. Algo
distintas han sido las respuestas de las instituciones involucradas en los
casos más recientes: El Colegio de San Luis informó en un
comunicado su resolución de destituir a Juan Pascual –su presidenta había concedido días antes una entrevista a El Universal-, el SNI mantuvo al tanto a la prensa de sus procedimientos
sancionatorios y de los
resultados de los mismos, la Facultad de Historia de la Nicolaita notificó
de la destitución de Núñez a su comunidad y el rector
dio una entrevista al respecto. Inclusive el CONACYT emitió un comunicado
titulado “CONACYT no tolera faltas éticas que ponen en
duda la integridad del Sistema Nacional de Investigadores”. El
silencio se ha roto, ahora resulta que todo el mundo quiere hablar de lo mucho
que le enorgullece haber albergado a los revolucionarios plagiadores en sus
filas.
El tercer elemento novedoso es la
reacción de El Colegio de México, que en un gesto sorprendente decidió retirar
el grado de Doctor en Sociología a Núñez Arancibia (quien lo había obtenido en
2004 con una tesis producto de un extenso plagio) y hacerlo
público mediante un comunicado firmado por su presidente. Hasta donde
sabemos, es la primera ocasión en que esto ocurre en México, lo cual son malas
noticias para los exponentes de la plagística nacional, cuyos grados académicos
parecían irrevocables. Es sobre todo esta última evolución la más preocupante
para los promotores de la plagística mexicana, pues habilita a nuestros
adversarios a anular los votos aprobatorios del sínodo y del director de las
tesis, quienes con su comprometida negligencia tan decididamente contribuyeron
al cambio paradigmático en la academia. ¿Qué sigue, El Colegio de México, en
esta escalada represiva?, ¿obligar a los directores a leer las tesis de los
estudiantes?
![]() |
¿A qué extremos llegaremos en la intolerancia contra el cambio paradigmático en la academia? Tomado de http://poorlydrawnlines.com/comic/baby-drew-a-picture/. |
Por fortuna existe una reserva
moral en los sectores más progresistas de la academia de este país que se
activa ante la incomprensión generalizada de la que los plagiadores son
víctimas. En una valiente carta
del 18 de julio cuya lista de firmantes encabeza nada menos que Javier Sicilia,
se informa a la opinión pública que el Sr. Juan “ha sido un excelente profesor
e investigador” y que destaca por su trayectoria “brillante y honesta”. Esta
defensa decidida de uno de los exponentes de la plagística mexicana contemporánea
no puede sino evocarnos las cartas que Cristina
Barros, Margarita
Peña y Sara
Sefchovich enviaron a El Correo
Ilustrado en 2013 para comentar a los lectores de La Jornada que el Sr. Boris era “un académico dinámico, un
historiador con enfoques originales”. Mientras haya defensores del progreso
habrá esperanza.
Hasta aquí las reflexiones por hoy. En breve publicaremos una continuación de este escrito.
No hay comentarios:
Publicar un comentario